La heladería Fragola es una heladería en Budapest con mucha fama por sus helados, que -aunque exquisitos- no lo parecen.
Si al viajar a Budapest deseas tomar un helado, Fragola es una heladería en Budapest que -sin dudas- te recomendarán. Su fama no tiene discusión, por lo que días de calor es posible ver largas filas de personas esperando por un momento de placer dulce y frío. Así, aprovechando el Día del Helado de Hungría -que fue el pasado domingo 8 de mayo- fuimos a confirmar si los comentarios acerca de su calidad eran verdaderos.
Quienes me conocen saben que soy un fanático de los helados. Uno de los objetivos que nunca falta al visitar una nueva ciudad es -sin dudas- probar los helados locales. Así, no me puedo considerar un catador de helados, pero sí -por lo menos- un fanático con experiencia. Es, entonces, que en base a estos conocimientos generados empíricamente me permito realizar un análisis de la heladería Fragola en Budapest.
¿Por qué creo que la heladería Fragola no es la mejor heladería en Budapest?
El local elegido de esta heladería en Budapest fue el que se encuentra bien cerca de La Opera de Budapest. Más precisamente en la calle Nagymező utca 7 (CP 1065). Una zona caracterizada por contar con un sinfín de turistas, que visitan el barrio por su gran oferta cultural, ocio y gastronómica, así como puntos de interés arquitectónico y turístico.
La atención recibida fue aceptable. Los precios son lógicos para un helado con tanto prestigio; 280 forints por cada bola de un sabor (que puede trepar a 300 forint para algunos tipos de helados). A eso debes sumarle -si lo deseas- el costo del cono o cucurucho.
Y llegó el momento de probarlos. Los helados de la heladería Fragola en Budapest son muy ricos. Sin embargo, no son helados. De los sabores que probé (chocolate, chocolate blanco, pistacchio y nutella), el que más se asimiló a un helado fue el de pistacchio, pero ni de cerca se pareció a los helados que probé en Italia, por ejemplo. Tampoco con los helados tradicionales comprados en cualquier heladería.
Los sabores son estupendos. Tan estupendos que parece comer exactamente el producto que brinda el sabor. Así, el helado de nutella fue la experiencia más parecida que tuve en mi vida a comer nutella previamente enfriada en el refrigerador. Lo mismo sucedió con el chocolate; comerlos fue exactamente lo mismo que comer una tableta de chocolate. El problema -al menos para mí- fue que no pude cumplir, de alguna forma, el objetivo de tomar helado; que fue lo que me motivó ir a la Fragola.
En otras palabras, fue la primera vez en mi vida que terminar un helado fue una experiencia algo compleja, para ponerlo en términos elegantes. Hago notar aquí que siempre tomo más de uno, porque -de nuevo- soy un fanático de los helados. Sin embargo, la heladería Fragola no ofrece helados, sino postres dulces refrigerados con un sabor extremadamente dulce, al punto del empacho o empalago.
Es que estos postres cuentan con una textura que lejos están de parecerse a la del helado. Y lucen un sabor que -en mi experiencia personal- dejó mucho que desear; aunque no puedo negar que los sabores son estupendos (si no se vendieran como helados y las porciones fueran menores). De cualquier forma, no puedes dejar de ir y tener tu propia experiencia. Yo volveré para probar helados frutales. Tal vez, mi opinión cambie en esa oportunidad.
Si te preguntas dónde es la heladería Fragola, debes saber que se trata de una cadena de heladerías en Hungría, con locales propios y locales que funcionan bajo el régimen de franquicia. Así, la recomendación para saber efectivamente dónde queda la heladería Fragola más cercana a tu ubicación es ingresar al sitio oficial de la heladería Fragola.